Al igual que los ritos de pan y vino/agua, otro elemento común a los dioses que mueren y resucitan es la presencia simbólica del madero o pilar sagrado, cuya significación varía de una religión a la otra, pudiendo ser desde ‘Árbol de la vida’, objeto fálico, símbolo de renacimiento y hasta instrumento de muerte.
El resumen que se presenta a continuación no sólo muestra la cruz en el contexto religioso de la cuna del Mediterráneo, sino que también desmiente el mito moderno de los “Dieciséis salvadores crucificados” (o más, en algunas fuentes incluso más dudosas), que supuestamente denuncia decenas de dioses nacidos el 25 de diciembre, con doce discípulos, multiplicación de alimentos, crucificados en cruces y resucitados al tercer día.
Mesopotamia y Levante
La diosa Inana de los sumerios, conocida como Ishtar por los babilonios, es importante por su mito de ‘Descenso al Inframundo’ que comparte varios elementos con el mito de Jesús. (Entrada real que se interpreta como un intento de usurpación de trono, desnudamiento y humillación, juicio con veredicto de culpa, muerte, crucifixión, resurrección al tercer día, pan y agua de la vida con rituales anuales), pero su crucifixión no especifica el uso de un madero o cruz (en el sentido moderno de la palabra), su cuerpo fue colgado simplemente de un “clavo” o “gancho”. En cambio, el árbol de Inana representaba su capacidad dadora de vida, apareciendo frecuentemente como fuente de alimento para íbices y otros animales, también es mencionado en mitos como “Inana y el árbol Huluppu” y sus contrapartes semíticas: Asherah y Astarté, estaban asociadas al culto bajo árboles frondosos y en ‘pilares sagrados’ o “asherim” de madera.
“sus hijos se acuerdan de sus altares y de sus imágenes de Asherah, que están junto a los árboles frondosos y en los collados altos” – Jeremías 17:2


Egipto
El mito de Osiris se conoce por fragmentarias referencias egipcias y las descripciones grecorromanas más completas, aunque algo inexactas. En él se relata la muerte de Osiris a manos de Set, que lo metió en un féretro y lo arrojó al mar, y la recuperación del cadáver de Osiris desde el tronco de un árbol que creció en torno al féretro, en Biblos, Siria.
Set intentó una vez más asegurarse de la destrucción de Osiris, por lo que descuartizó su cuerpo y esparció los fragmentos, pero Isis logró reunirlos y darles vida, tras lo cual Osiris se convirtió en el rey del inframundo y la resurrección.
Los ritos de Osiris incluían la erección del pilar Dyed, simbolizando la aparición de la columna vertebral del dios, la fuente de su estabilidad y en sus orígenes puede haber sido también una representación del árbol que guardó su cuerpo.
Otro rito era la procesión y adoración de la cabeza de Osiris, puesta sobre un madero en Abydos. Este era probablemente un símbolo fálico, puesto que el Libro de los Muertos parece igualarlo con el “falo de Ra”, la fuente creadora universal.
“Entonces ninguna cosa malvada me será hecha por los demonios Sebau, ni seré corneado por los cuernos; y el falo de Ra, [que es] la cabeza de Osiris, no será tragado.” Libro de los Muertos, capítulo 93. (Tr. Wallis E. Budge)

Grecia
Dionisio, identificado por los griegos con Osiris y con Tamuz, el esposo de Inana/Ishtar, tenía más de una historia relatando su muerte, ninguna de las cuales incluye crucifixión (fue incinerado in-utero por la majestuosidad de Zeus y descuartizado e ingerido por los Titanes cuando era un niño). Pese a esto, festivales del dios sí incluían la preparación de un madero, árbol o pilar con una máscara de Dionisio, adornado con corona y túnica a la que se le ofrecían libaciones de vino y pan. Esto no representaba su muerte, sino su regreso a la vida como dios de la vegetación.

Como dato curioso, una de las aventuras de Dionisio fue su encuentro con el rey Penteo, quién dudó de su naturaleza divina. Debido a eso el dios lo castigó parodiando su propia vida y ritos, haciendo que el rey se volviese loco, vistiese de mujer y fuese elevado en un árbol justo antes de morir despedazado por las mujeres que celebraban las bacanales, siendo el tema principal de la obra de Eurípides, Las Bacantes.
En Resumen
Un objeto asociado a los principales Dioses-que-mueren-y-resucitan de la cuna del Mediterráneo es el pilar, madero o árbol sagrado, que representaba, según las diferentes religiones en las que se lo encuentra, al árbol de la vida, un símbolo fálico o la representación del renacer del dios. El cristianismo parece haber mantenido el símbolo del pilar asociándolo al relato de la crucifixión de Inana, resultando en la cruz que hasta hoy ocupa un lugar central en la religión de millones.
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